La Noche de las Investigadoras, iniciativa en múltiples ciudades mediterráneas bajo una bandera común para la promoción de la ciencia, movilizó el pasado 30 de septiembre a una nutrida representación del Instituto de Ciencia Molecular (ICMol) de la Universitat de València, organizados en torno a cuatro talleres divulgativos sobre Química y Física que tuvieron enorme éxito entre los centenares de escolares asistentes.

Fabrica tu propio ‘blandiblú’ o tu ‘kriptonita’; el arco iris de la col lombarda o “descontamina el planeta con los MOFs” son las divertidas y enriquecedoras actividades que cerca de 60 investigadores e investigadoras del ICMol organizaron para estudiantes de últimos cursos de Primaria y de Secundaria. Más de 3.000 escolares pasaron por la multiplicidad de talleres organizados en la Ciudad de las Artes y las Ciencias y algo más de un millar por los experimentos organizados por el ICMol.  

En Valencia, las actividades se desarrollaron bajo el paraguas del proyecto Mednight Go to School, que ha sumado entre los días 26 y 30 de septiembre a una decena de universidades y entidades representativas de la investigación en la Comunidad Valenciana y Murcia en talleres, charlas, monólogos, espectáculos y juegos. La Universitat de València forma parte muy activa de la iniciativa a través de su Unidad de Cultura Científica y de la Innovación (UCCI). 

El objetivo del ICMol, centro especializado en Nanociencia y Nanotecnología con cerca de 300 personas trabando alrededor de la ciencia, es que los jóvenes y la sociedad en general se sientan atraídos por la carrera investigadora y científica. Se trata también de mostrar la conveniencia del intercambio de conocimientos y experiencias entre los países europeos y más concretamente los mediterráneos.




Diversidad de talleres

En el taller del 'slime', el objetivo es demostrar el uso de polímeros y sus propiedades desde un punto de vista divulgativo y con materiales de uso diario. Los niños prepararan un polímero entrecruzado (blandiblú), basado en elementos de uso cotidiano como cola transparente, agua y bórax. Además, se utiliza colorante alimentario para darle color al polímero y se puede añadir unas gotas de fluoresceína (fluoróforo orgánico) para darle propiedades emisivas tras la iluminación con luz ultravioleta.

En el caso de 'El arco iris de la col lombarda', la actividad muestra la posibilidad de explicar y entender el concepto del pH a través de un producto natural como la col lombarda, un alimento que contiene unos pigmentos llamados antocianinas que cambian de color cuando están en contacto con ácidos y bases. Por esta razón, el extracto de col lombarda se usa como indicador natural, puesto que adquiere un color rosa o rojo en un medio ácido y azul, verde o amarillo en un medio básico.

Algunos vegetales, como la col lombarda, la fresa o las cebollas rojas poseen un grupo de sustancias (antocianinas) que son muy sensibles a los cambios de pH, por lo que se pueden utilizar como indicadores naturales. Las antocianinas son un conjunto de pigmentos hidrosolubles responsables de la coloración roja, azul o violeta de muchas flores, frutas, hortalizas etc. Por lo tanto, con una simple col lombarda podemos determinar de forma casera y de manera cualitativa el pH de muchos productos de uso cotidiano, entre los que se pueden incluir ciertos alimentos y productos de limpieza.

Descontamina el planeta

Otro de los experimentos trata explicar cómo podríamos paliar los efectos de la contaminación en las aguas a través de los MOFs, que son materiales porosos, actuando como “filtros” y reteniendo estos dañinos contaminantes. Concretamente, el MOF HKUST-1 es un adsorbente basado en cobre con una síntesis sencilla, rápida y de alto rendimiento.

La primera parte del taller es la síntesis de este conocido material a partir de dos diluciones madre (parte metálica, y parte orgánica) y su filtrado para obtener un característico polvo azul turquesa. La segunda parte del taller es la aplicación práctica. Usando un material similar, ya seco y activado, se purifica un agua “contaminada”, previamente preparada. El agua de un color amarillo fluorescente es ahora incolora de nuevo, demostrando el éxito de la captura de contaminantes gracias a nuestros materiales.

Caras de sorpresa y de emoción se pudieron ver entre los asistentes al taller titulado 'Fabrica tu propia kriptonita', la filosofía del cual es ilustrar acerca de lo importantes que son los procesos de cristalización para entender la física de materiales.

En la actividad se explica la cristalización instantánea de acetato sódico a partir de una disolución sobresaturada, es decir disoluciones que contienen cantidades de soluto disuelto sobrepasando el límite que el disolvente es capaz de admitir.

Estas disoluciones al contacto con algún núcleo de cristalización como por ejemplo una varilla o un cristal de acetato sódico cristalizan inmediatamente de forma exotérmica (con desprendimiento de energía, en este caso calor), obteniéndose cristales masivos de manera instantánea.

También se muestra el fenómeno de la fluorescencia al incluir en las disoluciones cantidades pequeñas de un compuesto orgánico fluorescente como la fluoresceína. De manera que bajo radiación UV el cristal formado de Acetato de sodio emite luz verde intensa asemejándose a un cristal de Kriptonita.