Científicas, empresarias, gestoras y representantes institucionales relacionados con la I+D+i han debatido sobre igualdad de género en el campo de la ciencia y la investigación, en la II Jornada de la Mujer Investigadora, un encuentro organizado por el Instituto de Ciencia Molecular (ICMol), el Instituto de Física Corpuscular (IFIC) y la Unitat d’Igualtat de la Universitat.

La jornada ha sido inaugurada por la vicerrectora de Investigación y Política Científica de la Universitat de València, Pilar Campins; la directora de la Unitat d’Igualtat de la institución académica, Amparo Mañés; el director del ICMol, Eugenio Coronado, el subdirector del Instituto de Física Corpuscular (IFIC-UV/CSIC), Santiago Noguera, y el director del Parc Científic, Juan Antonio Raga.

Orientado a dar luz, crear debate y tomar medidas ante el notable desequilibrio de género que sufre la carrera investigadora de las mujeres, principalmente en las escalas más altas, el programa ha planteado cinco charlas divulgativas por parte de investigadoras de diferentes universidades. Mariam Tórtola, investigadora del IFIC y premio de Investigación L’Oréal-Unesco ‘For women i Science’ ha alertado sobre la situación de la Física, una disciplina donde la presencia de mujeres no solo ha sido siempre baja, sino que además desciende progresivamente. “El estereotipo de que las mujeres son peores en Física y Matemáticas está presente desde la edad de seis años, según la revista Science. Necesitamos cambiar las cifras, y divulgar y visibilizar el papel de la mujer en la ciencia es fundamental desde edades tempranas”, ha dicho.

La socióloga de la Universitat de València Capitolina Díaz, presidenta de la Asociación de Mujeres Investigadoras y Tecnólogas, ha hablado sobre una sociedad afectada de histéresis de género, concepto prestado por la Física que, en este caso, hace referencia al estado en que quedan las mujeres tras largos periodos de presión; de gineagnosia: ‘la mujeres padecemos el hecho de ser miradas por la sociedad con gineagnosia, nos ven pero no nos reconocen, y si te llamas Jennifer no vales tanto como John en cuestión de salarios”, ha dicho; y de agnotología o ignorancia inducida: ‘Los manuales nos cuentan, por ejemplo, cuáles son los síntomas del infarto en hombres, pero nadie nos dice que los de las mujeres son distintos. Y el corazón mata a más mujeres que todos los cánceres juntos. Esto se llama ignorancia inducida y afecta siempre a los más débiles”.

Adela Muñoz, catedrática de Química de la Universidad de Sevilla, ha hecho un recorrido histórico a través de mujeres que dedicaron su vida al estudio y la investigación desde lugares tan dispares como los conventos de la Edad Media, los gremios, los palacios de la Edad Moderna e incluso los estudios de Hollywood del siglo XX: Hildegarda de Bingen, Maria Sibylla Merian, la Marquesa de Châtelet o la actriz Hedy Lamarr, “cuyos hallazgos repercutieron en el sabor de la cerveza, la comprensión de la metamorfosis, la física de Newton o el uso de los móviles que gobiernan nuestras vidas”.

Ángela Sastre, catedrática de Química de la Universidad Miguel Hernández (UMH) e investigadora del Instituto de Bioingeniería de dicha institución, ha hablado de las gigantes de la Química y de sus aportaciones a la ciencia; y Marta Macho, matemática de la Universidad del País Vasco y reconocida divulgadora científica, ha reclamado políticas de acción compensatoria para paliar el desequilibrio de género en la carrera investigadora, “acciones que rompan con el diagrama tijera que se abre tras el doctorado y la lectura de tesis y que dificulta el acceso de las mujeres a las escalas superiores”.

El programa de la II Jornada de la Mujer Investigadora se ha completado con una mesa redonda moderada por la investigadora del IFIC Arantza Oyanguren, que ha tenido como participantes, entre otras, a Pilar Campins, Amparo Mañés, Santiago Noguera, Ruth Manzanares (gerente del ICMol), y Ángela Pérez, CEO de la empresa Instituto de Medicina Genómica (IMEGEN) en el Parc Científic.